Mayo| 6
Cuando de caer se trata
Con una densa y pesada nube gris sobre mi cabeza, con gotas de lluvia mojando mis ánimos y mi rostro, con la pesadez de unos pies que con hastío caminaban la calle de la rutina... sí, justo ahí cuando ya todo iba mal, resultó peor: vino la caída. Estrepitosa y no sin antes hacer esfuerzos por tratar de sostenerme a la esperanza de mantenerme en pie.
Adolorida, desde el suelo, vi el mundo alrededor desde otra óptica, quizá la peor de todas: la de los caídos, la de los inferiores, la de los vulnerables... Pero me levanté, recogí los pocos trastos valiosos y, cojeando, seguí mi camino; arrastrando el dolor y con la mirada atenta para no resbalar una vez más (al menos no con la misma piedra... o, en este caso, acera).
Pasó tiempo y con el llegó la venda que curaría el duro golpe de venirse abajo. Así comenzó la lenta sanación. Poco a poco, paso paso, pero con la esperanza bien atajada esta vez.
Esto podría ser una metáfora de vida, pero no fue más que un simple accidente mañanero. La lluvia continúa, pero tarde o temprano saldrá el sol.
Y si no sale el sol, por lo menos tengo DVD nuevo para ver pelis durante el aguacero :)