Junio| 4
Ya no soy tan joven
Vaya semanita. Siento que todo ha sido un trajín desde la noche del Hard Rock Live. Ya en la tarde de ese jueves había estado en un almuerzo de Hewlett Packard donde la comida fue fabulosa pero grosera; así que el día siguiente lo pasé con sueño y con los estragos producto de los excesos etílicos y gastronómicos... y no hablo precisamente de ratón (resaca) sino de trastornos de índole más escatológico.
Aún en ese estado (de deshidratación) me armé de valor para ir a la rueda de prensa de Juanes. Comenzaba a las 2 pm y justo a esa hora salí de la oficina, pues entre idas al baño se me retrasó bastante el trabajo en la mañana. Llegué pasadas las 3 cortesía del ya comentado tráfico caraqueño directo al… baño, sí. Primero parada de emergencia en el baño, antes de ir al salón donde Juan Esteban aparecería.
“Nonono”, resonaba mi cabeza. Mientras buscaba puesto en el estacionamiento del Meliá, sudando frío y con escalofríos, me preguntaba qué necesidad tenía yo de estar yendo a ver a un hombre (lindo hombre, by the way) que yo ya conocía (esto gracias a un viejo amigo colombiano que tenía su propio grupo de rock) cuando el resto de la humanidad o, mejor dicho, enloquecidas carajitas fanáticas ni se imaginaban que existía. En fin, trabajo es trabajo y si pretendo que me sigan invitando a conciertos tengo que ir a cubrir esas obstinantes ruedas de prensa. (Pero a las de Bisbal sí que no voy más!!!!! No compensa el ajetreo para lo SOSO que es el ricitos en sus encuentros con los periodistas. ¡Por Dios! Que me quedo con Busta =P).
Me vi en el espejo la cara de alivio y me dispuse a bajar al salón. Finalmente había llegado; tarde, pero ahí estaba. Pasé de largo el mesón con galletas, dulces, pancitos, canapés y demás cositas ricas para picar. Me lo pensé unos segundos... no había comido nada durante todo el día por razones obvias y ¡¡me moría de hambre!! Parecía el perro de Pavlov oyendo campanadas, pero al final decidí que no era plan tentar el destino (¿o el intestino?).
La rueda de prensa no se había iniciado. Un despelote de más de 300 personas provocó que se buscara un recinto más espacioso y se retrasara dos horas la llegada de la ahora estrella. Y ahí estaba yo, oyendo por décima tercera vez que el hombre tiene “la camisa negra y debajo tiene el difunto”, oliendo violines, escuchando mentadas de madre por pisotones y a un imbécil que estuvo repitiéndole a todo el mundo que es “artista plástico”, pero a veces cubre eventos (Que entonces me pregunto yo qué CARAJO hacía ahí con sus casi dos metros y 100 kilos de humanidad, haciendo bulto porque ni cámara cargaba, pudiendo estar pintándose el grandísimo cuueerpo).
Y la canción seguía: “yo por ti perdí la calma y casi pierdo hasta mi cama”. Irónico escuchar esas palabras cuando todos hace rato que habíamos perdido la calma, la sensatez y la paciencia. Hasta que al fin, tras breves disculpas por los retardos de parte de los organizadores, salió el Juanes. Ya la cosa no parecía el Metro de Caracas a las 6 de la tarde, sino el metro a las 6 con un alerta de bomba dentro del vagón. ¡Pero conseguí mis fotos! a pesar del sueño, los violines, los codazos y mi 1.60 de estatura.
Ahora venía lo mejor… la ronda de preguntas.
(Algunas gráficas las pueden ver en la fotonovela, pero no todas porque iba a parecer la página oficial de Juanes).
Deja tu huella en la superficie
Conozco yo a una señorita que mataria por estar en tu puesto, con desomposicion, pisotones y todo incluido.......
No sera mas bien que hubo una fiestecilla en la cubierta de algun barco pirata...? ¡Que desastre! os tendria que poner a tod@s a fregar la cubierta!! :P
^^
Jajajja... por este lado de la galaxia tambien hubo guayabo!!!! El Gyn no hay que mezclarlo con vodka...
¿a fregar la cubierta? Y tú ¿lavarías las velas? :P
nadie es ya tan joven, ni siquiera Juanes o Carlos Vives y menos aún rubencito Baldes que a mi s eme hace más jovenzuelo de espíritu que los otros dos. Eso de las ruedas de prensa puede ser un infiernillo, sobre todo cuando los periodistas no son tales y preguntan puras mamadas
Divertidísima crónica que sin duda ameritaba romper el silencio. Nomás para hacer saber que me sacó usted más de dos sonrisas.
Saludos.
" a mi en lo particular no me gusta el rizos de or, pero juanes un tanto, y Rubén Blades esta muy pasado , no?