Octubre|16
Comenzó la temporada
Y bueno, qué se puede decir de ir al estadio. Aunque el peligro de que te bañen en cerveza siempre está latente, que en la cola te empujen y quizá hasta un abusador aproveche de meterte mano, hay que elegir el mejor atuendo: todo alegórico al equipo ganador, que no es otro que el que una apoya, en este caso los Leones del Caracas. Ajá, sí. Que han perdido… ¿y qué? Siempre comienzan igual pero después la cosa mejora (bueno, deben permitirme este autoengaño, aunque tengo mis momentos de ligar para atrás alguna vez cuando las cosas se ponen negras. ¿Quién no?)
De punta en blanco, con camisa leonina, gorra a juego y unos jeans lo suficientemente ajustados y a la cadera, salgo al universitario. Ya he dicho que la pinta es importante. Miren que se pueden ligar cositas interesantes en los juegos supongo que por la emoción del momento, los gritos, el rugido del león, el hit que empuja dos carreras o esa atrapada que decreta el tercer out para el contrincante y lo deja con tres en base. Ni hablar si se ha tomado la previsión de escoger asientos justo sobre el dogout. Hay peloteritos que tienen lo suyo y una aprovecha de sacar cuadrito; eso sí, con decencia. Nada de caer en una de “comeviáticos” (los que sepan del béisbol criollo conocerán el término).
Ya instalada, entre insultos al umpire, la buceadita al bateador de turno (si lo amerita, claro) y uno que otro chisme con las amigas mientras el juego se desarrolla, irrumpe al unísono el impelable: “señooooor, yuju, por aquí una cerveza más, por favor” (la frase más repetida además del “1, 2, 3” o “un hit, un hit, un hit”). ¡¡Pero nooooooo!! ¿¿Qué estoy haciendo?? Que se me olvida; cerveza no. Este año me decanto por la sangría. Niñas, recuerden, la dieta, los puntos. La cerveza tiene 9 y el vino 1 punto. ¿Creen que Danielita Alvarado o la Gaby Spino se estarían cayendo a birras aquí? PUES CLARO QUE NO.
¿Ponchado otra vez? Scutaro, papacito, que este año estés más bueno no te da licencia para cagarla. Octavo inning y arrrgggh, ya no aguanto. Ha llegado el fatídico momento de ir al baño. ¿Por qué? ¿Por queeeeeeeeeeeeeeeé? ¿Por qué todo tiene que ser más difícil para las mujeres? ¿Por qué se tardan tanto en el baño, Dios santo? Control mental, vamos, control mental. Un pasito para acá, un pasito para allá. Solo espero que al menos estén decentes los baños. Sí, en este momento está en pleno desarrollo mi envidia hacia los hombres por poder orinar donde quieran cuando quieran.
Ahhhhh…. alivio… ya voy de regreso a la tribuna y ¿ah? ¿Que acaba de terminar? Bueh… la próxima sí ganan; seguro. Fue culpa tuya, pavosa (a alguien hay que echarle la culpa y a quien más que a la amiga que se estrena en esto de ir al estadio) Unas arepas con unas birritas para rematar la jornada no vienen mal. ¡¡¡¡Al diablo con los puntos!!!!
(Este texto lo hice a petición de un panita que me carga de asesora creativa... dado que es mío, qué mejor lugar para ponerlo que este)