Septiembre|25
Adiós, Bip
La primera vez que lo vi, máximo seis años tendría. Solo recuerdo unas vagas imágenes y ese olor particular que emana del Aula Magna de la Universidad Central. Mis piernas, que ni soñaban con llegar al suelo aún, se balanceaban en la butaca mientras observaba aquel rostro blanco de mirada triste sortear toda una seguidilla de aventuras.
Era apenas la primera de muchas que lo vería.
La última vez que lo vi, fue apenas hace dos años. De visita en Venezuela, no solo tuve el placer de ver de nuevo al encantador y entrañable Bip, sino también de escuchar en una rueda de prensa las palabras del más grande mago del silencio. En mis recuerdos permanecen sus manos, su mirada vivaz y su voz susurrante y gentil… y sus silencios.
Silenciosos son los besos, silencioso es el volar de las mariposas, silentes son mis lágrimas también.